En total, las colocaciones aumentaron 0,9% anual en septiembre:

Aunque el segmento comercial está anotando cifras positivas por primera vez desde 2021, en la industria aseguran que todavía están lejos de consolidar resultados cercanos al promedio histórico y ven una mayor debilidad en pymes.

El tercer trimestre del año mostró ciertas señales de recuperación para las colocaciones de crédito bancario, que desde la pandemia vienen arrastrando uno de los ciclos contractivos más prolongados que se han observado en la industria.

De acuerdo con el informe mensual que elabora la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) a partir de la información de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la colocación de créditos creció un 0,9% anual en septiembre, sumando así dos meses consecutivos con variaciones positivas por primera vez en 19 meses. El balance general del crédito revela que los números azules de septiembre y octubre rompen con cifras negativas que se remontan al tercer trimestre de 2020 —con una recuperación transitoria en 2021—, y vienen precedidos de un descenso de 0,8% al segundo trimestre y una caída de 2,2% en el primer cuarto del año.

Si bien para los segmentos de crédito hipotecario y de consumo las colocaciones se han estabilizado en un terreno positivo —aún por debajo de los promedios históricos—, la debilidad más persistente se ha alojado en los préstamos para empresas (ver infografía). Esta cartera, que exhibe una variación de 0,2% anual para ese mes, representa a su vez la porción más significativa de las colocaciones, con más del 50% del total.

Frágil repunte

Aunque las cifras de agosto y septiembre marcan una cierta inflexión, al mostrar números azules por primera vez desde la pandemia para el crédito comercial, en la banca aseguran que constituyen una mejora ‘marginal’. ‘La cartera presenta una caída acumulada de 14,8% desde marzo de 2020, (y) se descarta que la recuperación hacia patrones históricos de actividad crediticia para las empresas ocurra en el corto plazo’, aseguran.

El economista Nicolás Román, académico de la U. de los Andes, comparte que ‘es un aumento muy leve, estamos lejos de los niveles de colocaciones que había prepandemia (…), no es razonable pensar que esto va a ser un aumento sostenido y creciente para llegar a niveles del 2020 en el mediano plazo’.

A su juicio, una señal de debilidad que atenta contra mejores pronósticos son los indicadores de riesgo en el crédito: ‘(Los bancos) lo miden como el nivel de morosidad en cartera impaga por más de 90 días y eso ha ido subiendo, está mucho más alto que en niveles de prepandemia. Por supuesto que bajó con los retiros, pero después volvió a estar en niveles por sobre el 2,3%’. Según el balance de Abif, este indicador aumentó levemente hasta 2,32% en septiembre, para el segmento comercial, y se ubica muy por encima de sus niveles históricos.

La baja de las tasas

Desde el punto de vista macroeconómico, un factor que juega a favor de las colocaciones comerciales son las tasas de interés, que han ido a la baja de la mano de la relajación gradual de la Tasa de Política Monetaria que ha implementado el Banco Central a partir del año pasado. Durante septiembre, la tasa promedio de créditos comerciales en cuotas fue de 6,49%, equivalente a una disminución de 25 puntos base respecto al mes anterior, aunque en la Abif advierten que ‘existe poco espacio para que esta tasa continúe disminuyendo, considerando que la tasa de política monetaria ya se aproxima a su nivel neutral’.

Román coincide en que ‘es poco lo que le queda por bajar, y por tanto no es claro que vaya a disminuir en forma importante en los próximos meses’.

El análisis de la Abif tampoco es optimista respecto de otras carteras, como la hipotecaria. Si bien este tipo de créditos se han estabilizado con variaciones positivas mes a mes y en octubre anotaron un alza de 1,3%, destacan que esta cifra se encuentra ‘considerablemente por debajo del promedio de 8,4% registrado en los cinco años anteriores a la pandemia’. En los próximos meses, eso sí, debería reflejarse el impacto en la demanda que ha tenido el programa de subsidio a la tasa, que a la fecha registra casi 18.000 solicitudes aprobadas y cerca de 7.900 cursadas.

Deterioro focalizado

Más allá de las condiciones estructurales, otro foco de preocupación que en la banca ponen sobre la mesa tiene que ver con la heterogeneidad del crédito, que para el segmento pyme sigue rezagado en esta incipiente recuperación. Ahí se ubican los clientes más riesgosos, y según el detalle proporcionado por la asociación, ‘las colocaciones a empresas de mayor tamaño (evaluación individual) crecieron 2,7% anual, registrando las tasas de expansión más altas en los últimos tres años, mientras que la cartera de pymes (evaluación grupal) se contrajo 0,4%, acumulando 49 meses de variaciones negativas’.

Según Héctor Osorio, economista y socio de la consultora PKF Chile, en esta diferencia ‘las expectativas parecieran ser homogéneas en términos de que un gobierno promercado vendrá, y con eso van a producirse también mejores oportunidades para la inversión y un crecimiento más sostenido; todas situaciones que ayudan a que empecemos a ver la necesidad de invertir para aprovechar la ola de expansión que viene’.

En este sentido, añade, las empresas de menor tamaño suelen quedar abajo en este tipo de comportamientos. Más bien se concentran en ‘empresas mejor estructuradas, que tienen una mejor capacidad de planificación y que están visualizando oportunidades de inversión a mediano plazo’.